jueves, 10 de julio de 2014

Los cadistas recargan de ilusión sus corazones

Hace un año comenzaba a escribir una entrada en este blog sobre la necesidad de recobrar la ilusión, a pesar de la lamentable temporada sufrida por los férreos corazones cadistas que se unió con la tanda de penaltis ante el Lugo en solo un año, formando una maléfica y macabra pesadilla. Un equipo de garantías, que no terminó de arrancar como debió hacerlo, llegó a la pasada fase de ascenso bajo la voz de mando de un Antonio Calderón ilusionado, entregado. De nuevo, el destino le tenía guardada una caída por el más oscuro de los abismos al Cádiz Club de Fútbol y su afición, valga la redundancia. El Cádiz es su afición.

Nuevos propietarios, nuevo equipo, pilas recargadas, buenos precios en los abonos, genial cartel para resucitar el Trofeo Carranza. Ingredientes que si echáramos en el caldero de "el Brujo" de Martínez Ares producirían sensaciones positivas, provocarían una sonrisa ilusionante. Los nombres comienzan a aterrizar en el seno del club amarillo, la afición responde, el cadismo demuestra que sigue vivo, más vivo que nunca. El cadista no se acerca a las taquillas del Ramón de Carranza a renovar su abono, a renovar su carnet, a que le den otro trozo de plástico. El cadista y/o la cadista se asoma a las ventanillas de la grada de tribuna de su templo para gritar con su almar que no ha dejado de creer en el escudo que defendieron los Mágico González, Ramón Blanco, Raúl López... ese que representa a Hércules con dos leones, escoltado de un mensaje que cuelga sobre dos columnas: "plus ultra" (más allá).


El escudo del Cádiz Club de Fútbol no es más que una representación del cadismo, una metáfora histórica que plasma al cadista soportando las columnas de la ilusión, defendido a su vez por la furia, la garra, las ganas, en definitiva, el cadismo, para seguir adelante, para demostrar a España que el cadista nunca se rinde. No importa si tienen que buscarse las habichuelas para seguir el partido desde la distancia, o si hacen acto de presencia en el coliseo gaditano para ver jugar a su equipo amarillo, a la escuadra de sus amores. el cadista siempre está. "Ni la muerte nos va a separar" rezaba una pancarta gigante desplegada en fondo sur. ¿Hay dudas sobre el potencial de la hinchada amarilla? Yo no tengo ninguna.

Javier Quiñones Miralles.
@javiqm94



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